sábado, 15 de enero de 2011

De B/N a Color

Hay que seguir le dijo el papá, mientras ella hace en vano fuerzas para detener la marcha, la mano fuerte del padre la conmina a seguir. Vamos aprendiendo desde niños que no hay que detenerse en el camino, que hay que seguir aun cuando cueste, más adelante se cansarán las manos de los que alguna vez te llevaron y no podrán sostenerte. Para entonces la mañana me enseña ciertas verdades.


Las bancas de día domingo suelen estar a su máxima capacidad, de hombres que se sientan ahí sin más que mirar el caminar de las horas y los perros, que sólo este día de la semana pueden acostarse tranquilamente a los pies de los feligreses de la plaza, espantan con su cola las moscas que sobrevuelan el lugar.


En la ciudad, suele haber ausencia, presencia, de color, de dolor. Muchas veces hay personas que han perdido la fe, se han olvidado de que hay cosas por las cuales se puede luchar, han perdido la capacidad de ver la belleza en lo cotidiano, el solo hecho de detenerse a escuchar como suena la ciudad, como nos dice al oído que esta viva.
 

Entonces, me detengo, observo bien y escucho una pequeña melodía, que sale de esa radio aferrada de las manos sucias del que aparentaba no conocer la belleza, del que aparentaba no amar, y en todo puede haber destellos de belleza y de color.


La calle con su aspecto deslavado, abandonado, muestra indicios de vida, de diseños, de mañanas que lavan cada día esas paredes marcadas de una trajín nocturno, de orinas que se evaporan con la llegada del medio día, agonizando se despide cada tarde esperando la estocada final de la noche, y la eutanasia que tanto espera, piensa ella, esta cerca de llegar.


Cuantas personas que ya no están, pero un día de hace décadas, se pararon frente a este muro y pidieron algo, aquí están sus marcas, de cada agradecimiento hubo un favor detrás, cuantos eventos se desencadenaron a traves de un sólo sueño, de un sólo favor. Ya no vemos el camino que nos hizo cruzar esos pequeños favores, solo nos quedan estas chapas y quien sabe, si alguna tuvo que ver con nuestro destino.  



 Hay gente que tiene fe en otras personas, en las que salen de una iglesia, y esperan recibir en sus tazas manoseadas una pequeña moneda en parte del agradecimiento que hubo al interior del templo. Hay personas que dan y otras que no, hay de las que piden y las que no. Me alegro.


Y la pared se llena de colores, de personas que siguen creyendo, aun viven en esta ciudad, y en esta calle escondida del centro de Santiago son sus reuniones, dicen que hay un santo. Hay a los que nunca se le cumplen sus sueños, es que no han creido en ellos, dice una pequeña chapita oscura, que detras de todo ese color negro esconde su alma dorada.


Un hombre descansa en los pocos colores que creo tiene su vida, me vuelve la imagen de la radio y la melodía, quien sabe si yo soy el que mira las situaciones y cosas sin sus verdaderas tonalidades. Descansa, descansa.


 El hombre del quiosco, se levantó temprano, muy temprano, en bicicleta fue a buscar los diarios y revistas, que muchos de los que vienen a comprar el diario, el puzzle, dentro de una gran otra variedad, se alegran de encontrarlo cada domingo, y muchas veces no saben del esfuerzo, del sonido, ese pequeño sonido, que cada madrugada oscura, recorre las calles en dos ruedas, el sonido de la falta de aliento, de ese cuerpo viejo que mueve sus articulaciones, músculos, el sonido de su espalda acomodándose en ese asiento viejo. Mientras la mayoría no escucha ni tiene los ojos abiertos.


Yo si sé, y de a poco la ciudad me va entregando sus buenas intenciones, el golpear del agua, el martilleo de las ideas, el incesante bombardeo de las pequeñas hojas de buena voluntad. Todo se percibe.


 El aroma a café inunda la entrada de la fuente de soda, me tientan sus sabores bien chilenos, mientras avanzo lentamente tratando de aprovechar esa caricia que despierta suavemente a mi apetito. Más adelante pienso y apuro el paso nuevamente.


El violín ha dejado de sonar, se aprontan a ser encerrados, a callarles la voz. Serán presos en esos pequeños estuches, no podrán hacer lo que saben hacer, se sienten enclaustrados en el espacio, sus vibraciones se pueden sentir, necesitan gritar, necesitan ver las caras sonrientes de los que los escuchan, no puedo hacer nada para salvarlos, y ya no puedo seguir escuchándolos mientras el cierre junta sus últimos dientes.


Y va emergiendo desde las paredes el encanto de muros empapelados de vida, ajadas por el paso de los días, dentro de poco no serán mas que recuerdos tinturados de amarillo por  la incesante presencia del sol.


 Los edificios más viejos que yo, que han vivido mucho más que yo, y que muchos otros, los observo, siento la energía, supongo que ellos son los que me miran a mí, sacan sus conclusiones de quien puedo ser, desvío la mirada para tratar de confundirlos, pero no importa, ellos saben.


 La escalera es testigo de que la ciudad tiene vida, es testigo de la incesante noche que le tocó vivir, cada papelito de color, maquilló su oscura piel, hace tiempo que no se siente tan diferente, le faltaba un poco de risa y descanso.


Le da un poco de pena, que muy poca gente la verá hoy, pero a los pocos que podemos verla, nos sonríe con la luz que entra a través de las rejas y nos mira desde adentro queriendo salir.


Finalmente, me siento en una pequeña fuente de soda, me acompañan las servilletas típicamente ordenadas, un parroquiano asiduo al lugar, y la voz que me pregunta: "que va a ordenar?".


Un schop de medio bien heladito y dos completos. El completo, el bien chileno completo, chucrut, salsa americana, tomate y una mayonesa casera. Sabía que tarde o temprano el Color me volvería al cuerpo.

miércoles, 28 de julio de 2010

El Perro de Quinta Normal

Este es mi compadre Juancho, compañero de vida, ahora anda todo caga'o. Si les contara todas las aventuras que hemos tenido, no lo creerían.




Lo que le pasó en el pie, fue de hecho, la ultima cagada que nos mandamos. Llegamos a la hora de siempre, a nuestra fuente de soda favorita. Ahi eramos los reyes. Cerrado! Cuec! Generalmente esperamos a los parroquianos afuera, que siempre nos tiran algo, salen bien cariñosos.



Odiosos como andabamos, queríamos echarle algo al buche. Veníamos de un carrete, con una caña! no se imaginan las perras que conocimos con mi compadre. Tremendas perras!! Bueno a lo que ibamos, es que estabamos con hambre. A la vieja gorda de al medio le sacamos una bolsa de pan, al Juancho lo pescaron justo y la vieja con los kilos de sobrepeso que tenía, le pisó el pie. Y ahí está, a punto de ser el trípode Juancho.



Ya cansados, nos fuimos al parque nuevamente, a ver si podíamos hacer amigos y ganar algún premio al esfuerzo por correr tras una pelota. Lamentablemente, con el dolor de cabeza y la caña, cometí un error inaceptable. Corrí para agarrar la pelota, como buen mejor amigo del hombre, mordí la esfera, y escuché sus gritos. Pensé, "que raras estas pelotas con sonido". Vino una vieja y me pegó como cincuenta palos.




Claro! quien no se confunde así. Igual sabroso el gordo.
Ya no sabíamos que hacer, asi que deambulando por el parque, oliendo un par de colas por aquí y por allá, me quedé viendo una imagen que me trajo recuerdos. Juancho acercate!, le ladré susurrando (muy díficil de hacer).





Ahí estaba yo con cara de tonto, Juancho, te acuerdas de ayer? lo que nos pasó? Asentía mi compañero con la cabeza. Por qué no aparece nadie a echarles agua caliente a estos dos? Que injusto!




Hicimos muchos amigos esa tarde en el parque, giramos mucho, nos mareamos un poquito. Pero, estabamos felices con el viento fuerte pegando en nuestras frentes. Nuestras orejas revoloteaban mofletudas.




Jugamos a la escondida, a este lo pillé yo! antiguamente yo era un perro antidrogas, me echaron eso sí, porque siempre se desaparecía la evidencia. jejeje


Nos echamos en el pasto cerca de unos hippies que echaban humo. Había un recipiente que tenía un par de champiñones, sin pensarlo dos veces, lo pescamos y corrimos como nunca, el Juancho ya ni se acordaba de la pata, no nos pillaron nunca, un par de piedras en la espalda y zafamos.

Compartimos lo único que teníamos para comer. Al rato nos sentimos raros. Empezamos a ver en colores, quedamos totalmente alucinados. Sabía que era un efecto de lo que habíamos comido y que no iba a durar mucho tiempo, y guardé esta imagen en mi cabeza para poder recordarla siempre.



Ya lo saben, la próxima vez que me vean por los parques, acuérdense de tirarme alguna cosita. Yo y mi compadre Juancho le estaremos agradecidos.

martes, 26 de mayo de 2009

Acceso


Después de varios intentos fallidos de conseguir acceso a algún lugar privilegiado, y a última hora como siempre haciendo la tarea, la desesperación me llevo a una idea no muy ortodoxa.



Esperando que mi plan me diera resultado, insistí con esta ocurrencia, este fue el segundo paso del plan.


Este es el tercer paso, muy gráfico...


He aquí el resultado de mi plan, el cual estaba dando resultado hasta el momento.


Y, finalmente dió resultado, aqui me veo en el acceso "privilegiado".



Lo único que pude conseguir!! Saquenmeeee de aquiiii!!! espero estar el sábado con uds!!!

jueves, 23 de abril de 2009

Foto Familiar



1)
Descripción "imparcial"
De derecha a izquierda en este retrato, se encuentra una cabeza de tonos claros, que me recuerda un personaje de cuento, la conciencia de pinocho, pepe grillo, riendo mientras es sofocado por un personaje visiblemente mayor, muy buen mozo por cierto, que abraza a los dos restantes. El tercero, gesticulando al estilo bruce lee al igual que su peinado, ligeramente obstruído con el brazo del último, que luce un llamativo ojo en tinta y un corte de pelo "casero" estilo playmobil, y que en su boca tiene una pastillita de menta o un colmillo, no lo podría aseverar con seguridad.
Estos cuatro rostros comunes y corrientes, muestran cuatro bocas sonrientes, con dientes... menos mal.

2) Análisis formal
Imagen panorámica en tono de grises. Rostros bien delineados, se agradece el fondo blanco, generando un buen contraste, para así centrar nuestra atención en los gestos y detalles. El encuadre cerrado genera aún una mayor atracción en las gestualidades de estos cuatro rostros.
Además, se reitera mucho en esta fotografía, ojos, ocho para ser exactos. Podemos ver una cierta asimetría en el rostro del último, uno de sus ojos más arriba que el otro, como tambien en la posición de sus cabezas.

3) Significado
De izquierda a derecha, el menor de cuatro hermanos, siendo torturado por el mayor, que esta a su lado (como a lo largo de toda su vida). El tercero, también es el tercero, "supongo". Y el cuarto es el segundo, un enredo.
En fin, son cuatro hermanos, dejando claro el mensaje de esta foto, "hueveo", jovialidad, compañerismo, etc.
Foto que se puede encuadrar en el regalo de cumpleaños para la madre. Lo están pasando bien en la toma de esta fotografía y su espontaneidad. A su vez, quiere entregar una sensación de alegría, con el fin de que cuando este sola la acompañe durante el día en su oficina, casa, cartera, etc.

4) Evaluación
La fotografía cumple la función de entretener, de entregar una alegría y jovialidad a la persona para la cual va dirigido este regalo. Y por lo que investigué lo cumplió cabalmente.

5)
Percepción personal
Si bien esta imagen, en su inicio, fue totalmente pensada y armada, a medida que pasaban los minutos, mis hermanos y yo, empezamos a relajarnos y a jugar como cuando eramos niños...golpeándonos. Resultado, la foto realmente salió espontánea y riéndonos de nosotros mismos, y a mi manera de ver, se ve realmente reflejado en el resultado. Esta foto empezó como una obligación, y terminó sacando varias copias. Esta foto es muy importante para mí, porque revive en mi interior, el juego de niños que solíamos tener con mis hermanos, me recuerda las tardes completas creando juegos, y recordar con nostalgia los momentos que cuando niños son tan triviales, y ahora, un tesoro. Somos muy hermanables, compañeros y confidentes, grandes amigos que cuando nos enojamos, sabemos que siempre estaremos ahí, como en esta fotografía.





jueves, 16 de abril de 2009