miércoles, 28 de julio de 2010

El Perro de Quinta Normal

Este es mi compadre Juancho, compañero de vida, ahora anda todo caga'o. Si les contara todas las aventuras que hemos tenido, no lo creerían.




Lo que le pasó en el pie, fue de hecho, la ultima cagada que nos mandamos. Llegamos a la hora de siempre, a nuestra fuente de soda favorita. Ahi eramos los reyes. Cerrado! Cuec! Generalmente esperamos a los parroquianos afuera, que siempre nos tiran algo, salen bien cariñosos.



Odiosos como andabamos, queríamos echarle algo al buche. Veníamos de un carrete, con una caña! no se imaginan las perras que conocimos con mi compadre. Tremendas perras!! Bueno a lo que ibamos, es que estabamos con hambre. A la vieja gorda de al medio le sacamos una bolsa de pan, al Juancho lo pescaron justo y la vieja con los kilos de sobrepeso que tenía, le pisó el pie. Y ahí está, a punto de ser el trípode Juancho.



Ya cansados, nos fuimos al parque nuevamente, a ver si podíamos hacer amigos y ganar algún premio al esfuerzo por correr tras una pelota. Lamentablemente, con el dolor de cabeza y la caña, cometí un error inaceptable. Corrí para agarrar la pelota, como buen mejor amigo del hombre, mordí la esfera, y escuché sus gritos. Pensé, "que raras estas pelotas con sonido". Vino una vieja y me pegó como cincuenta palos.




Claro! quien no se confunde así. Igual sabroso el gordo.
Ya no sabíamos que hacer, asi que deambulando por el parque, oliendo un par de colas por aquí y por allá, me quedé viendo una imagen que me trajo recuerdos. Juancho acercate!, le ladré susurrando (muy díficil de hacer).





Ahí estaba yo con cara de tonto, Juancho, te acuerdas de ayer? lo que nos pasó? Asentía mi compañero con la cabeza. Por qué no aparece nadie a echarles agua caliente a estos dos? Que injusto!




Hicimos muchos amigos esa tarde en el parque, giramos mucho, nos mareamos un poquito. Pero, estabamos felices con el viento fuerte pegando en nuestras frentes. Nuestras orejas revoloteaban mofletudas.




Jugamos a la escondida, a este lo pillé yo! antiguamente yo era un perro antidrogas, me echaron eso sí, porque siempre se desaparecía la evidencia. jejeje


Nos echamos en el pasto cerca de unos hippies que echaban humo. Había un recipiente que tenía un par de champiñones, sin pensarlo dos veces, lo pescamos y corrimos como nunca, el Juancho ya ni se acordaba de la pata, no nos pillaron nunca, un par de piedras en la espalda y zafamos.

Compartimos lo único que teníamos para comer. Al rato nos sentimos raros. Empezamos a ver en colores, quedamos totalmente alucinados. Sabía que era un efecto de lo que habíamos comido y que no iba a durar mucho tiempo, y guardé esta imagen en mi cabeza para poder recordarla siempre.



Ya lo saben, la próxima vez que me vean por los parques, acuérdense de tirarme alguna cosita. Yo y mi compadre Juancho le estaremos agradecidos.